A partir de 2020 Barcelona prohibirá circular a los coches sin etiqueta ambiental de la DGT
En abstracto a todos nos gusta que nuestra ciudad ocupe una posición lo más alta posible en todos las clasificaciones ya sean nacionales o internacionales. Todos llevamos en nuestro subconsciente la correlación –positiva por supuesto- entre estar en una posición elevada y “ser los primeros de la clase”. En suma, marcar tendencia es percibido como algo extraordinario en una sociedad como la nuestra . Sin embargo, todo lector atento, ya habrá formulado la siguiente objeción: “hombre, depende de que clasificación”. ¡En efecto! hoy hablaremos de la contaminación: un ranking en el cual incluso, sí usted niega el cambio climático, no desea destacar. En nuestro imaginario, ya desde los cuentos infantiles, vemos un campo verde, florido y a poder ser con un arroyo de aguas cristalinas como lo idílico.
Ahora bien, ¿Cuál es la realidad? Pues la contraria. A saber, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el 92% de la Humanidad vive en entornos contaminados en algún grado. La diferencia, no es pues, entre contaminación o su ausencia, tristemente se encuentra en la intensidad de la contaminación de cada lugar. Hay múltiples índices para medir la polución. Todos coinciden en situar ya a India como el país con más ciudades contaminadas, seguida por China, los países del Golfo y,algunas, ciudades subsaharianas en cabeza.
En el caso europeo la contaminación no es tan escandalosa como en el tercer mundo pero sí hacemos el zoom en nuestro continente, nuestra ciudad, Barcelona ocupa una posición muy alta según el ranking citado.
Concretamente, la Ciudad Condal sobrepasaba, en mayo de 2017, los niveles máximos recomendados en cinco contaminantes: dióxido de nitrógeno, partículas en suspensión, benceno, ozono y benzopireno y la situación no va a mejor. La polución no es inocua: se estima que causa 650 muertos anuales en Barcelona. A todas luces: ¡demasiadas!. En este contexto el Ayuntamiento decidió que a partir de abril de 2017, los coches de gasolina matriculados antes del 2000 y los diésel con más de diez años de antigüedad ya tenían prohibido entrar y moverse por la ciudad durante los episodios de contaminación. Esto es, a lo sumo, tres días al año. Ahora bien, a partir de 2020 todos los vehículos sin etiqueta ambiental de la DGT tendrán prohibido circular por Barcelona. A dicha medida se le añade la anunciada subida de impuestos al diésel por parte del ejecutivo central.
Feliu, no debe ni quiere juzgar medidas políticas. Simplemente queremos avisar a lectores y a clientes para que tomen medidas para adecuarse a la nueva situación en la que el diésel está proscrito.