La usurpación de inmuebles es un delito en España: cómo protegerse de ella
La gran recesión trajo consigo la explosión de la burbuja inmobiliaria que ha causado estragos sociales y, por qué negarlo, es también un recuerdo traumático para nuestro sector que constantemente se pregunta: “¿Estamos ante una nueva burbuja?”.
Los datos sobre el impacto social causado por el drástico cambio de escenario de 2008 no pueden ser más explícitos. A saber, los desahucios se han multiplicado por 2,25 des del año 2007 y, con cifras de 2018, hay unas 100.000 viviendas ocupadas ilegalmente en España. Las causas del fenómeno son tres:
1. La pobreza y desigualdad: España es, pese al leve descenso de la inequidad en 2017, uno de los países más desiguales de la Unión Europea.
2. La bajísima proporción de vivienda social: únicamente representa entorno al 2% del total de pisos construidos.
3. Los elevados precios de la vivienda que junto al descenso de renta han apartado a parte de la población del acceso a la vivienda.
Tal como pasa con otros fenómenos sociales complejos; el hecho que haya raíces profundas que los explican no excluye que, legalmente hablando, usurpar viviendas en España sea un delito. No hay que olvidar que el artículo 33 de la Constitución consagra el derecho a la propiedad privada dice lo siguiente: “los ciudadanos únicamente pueden ser privados de la vivienda por razones de utilidad pública, mediante la correspondiente indemnización de conformidad con lo fijado por las leyes”. Es decir, valga la redundancia, nadie ni siquiera el Estado, puede enajenar la propiedad de su inmueble por la fuerza. Pese a la claridad de la norma suprema, la vulneración del artículo citado es moneda común. ¿Cuál es el coste de expulsar a quién se encuentra en tú casa ilegalmente? puede alcanzar los 30.000€ y los 10 meses de procedimiento judicial. A parte de tener un impacto emocional considerable sobre los propietarios.
Dado el alto coste que tiene la usurpación (“okupación”), tiene mucho sentido dedicar el resto del artículo a dar siete consejos de seguridad para impedirla:
1. Alquila la vivienda cosa que soluciona el problema de tener la casa vacía de un plumazo. ¿No puedes hacerlo? haz que un vecino recoja la correspondencia para aparentar que vive alguien en ella.
2. Simula que la casa se encuentra habitada. Ya habrás notado que fingir que la casa se encuentra habitada es algo básico: no se suele “okupar” una vivienda habitada. Para conseguirlo, puedes optar por limpiar la casa asiduamente y por mantener las plantas en condiciones o, bien por instalar dispositivos domóticos que enciendan la luz aleatoriamente.
3. Evita indicar que buscas inquilino o comprador con carteles: ¡No lo pongas fácil!
4. Instala una alarma que disuada y se active en caso de intrusión. La alarma es un medio muy eficaz: avisa de la okupacion al instante.
5. Asegúrate que las puertas y ventanas –puedes usar rejas en ellas- estén cerradas para no facilitar intrusiones.
6. Protege la entrada una cerradura antiokupas es perfecta y un escudo magnético es una opción aún mejor ya que protege la puerta des del exterior y el interior. La segunda protección es especialmente útil: muchas veces los okupas acceden a la vivienda gracias a las ventanas que dan al interior de la misma. No olvides que puedes optar por una doble puerta: la primera puerta es de acero y la segunda normal.
7. Puedes ser más sofisticado y unir a la alarma un circuito de video que grabe el pasillo de entrada y el interior de la vivienda o cámaras térmicas si tienes más dinero. Ten presente que las urbanizaciones separadas de un casco urbano son un objetivo predilecto de los okupas por estar en zonas poco pobladas.
Con estas recomendaciones, que hemos leído en muchas fuentes, podrás ser capaz de protegerte y, disfrutar de tú vivienda sin temor. Además, en Feliu te ayudamos con la concienzuda dedicación de nuestros profesionales.