Cortinas: de los palacios a las casas. Te explicamos cómo instalarlas.
Inteligencia Artificial e Internet de las cosas dependen de la electricidad pero las cortinas no.
1. Historia de las cortinas en Occidente: pluralidad de funciones y significados
Las cortinas siempre han: protegido nuestra intimidad, delimitado un espacio y regulado el grado de penetración de la luz. Sin embargo, los otros usos han ido cambiando.
- Antigüedad clásica: cortinas y poder político
El uso de las cortinas, algo exótico y caro, venía determinado por el aspecto simbólico. Esto quiere decir que se trataba de un objeto con la misión de transmitir un mensaje. En esta época este estaba claro: quién se ocultaba tras ellas ostentaba todo el poder.
Las cortinas que forman un cortinaje pueden ser opacas y no dejar pasar la luz en absoluto o translúcidas y filtrar la luz sin dejar ver con nitidez a quién hay detrás.
Las propiedades del segundo tipo de cortina son una perfecta metáfora del poder absoluto: se ejerce despiadadamente, pero, necesita ser insinuado. ¿Quién puede oponerse a alguien que, literalmente nunca es visto y controla todo?. No en vano, el contacto visual nos iguala como seres humanos. Las cortinas en esa sociedad también se usaban en recintos religiosos.
- La Edad Media: cortinas delimitadoras
El objeto que nos ocupa pierde su mensaje político en beneficio de algo tan simple cómo útil:: delimitar un espacio concreto.
- Siglos XVII y XVIII: cortinas el poder de compartir código
Las cortinas viven una nueva etapa de esplendor. A saber, es la época del galanteo. En ella el amante hombre, desde el refinamiento, hace la corte a la mujer. Ella es quien decide la posición de las cortinas indicando así si correspondía o no a las pretensiones masculinas.
Recomendamos el ensayo de Gilles Lipovetsky: "Gustar y emocionar. Ensayo sobre la sociedad de la seducción". La sugerencia literaria tiene todo el sentido dado que en nuestras secciones de "Bricolaje" y "Confort Feliu" tratamos de cómo tener una vivienda que seduzca a nuestros invitados.
Del siglo XIX hasta la actualidad: la popularización de las cortinas
Hace dos siglos la función de las cortinas perdió cualquier connotación simbólica para pasar a ser casi exclusivamente decorativa y estas comenzaron a estar al alcance de la ciudadanía. Ahora bien, una cortina sigue teniendo tres funciones de carácter práctico: ayudar a ventilar, una vez abierta la ventana, regular la luz que entra en una casa y hacer lo propio con la temperatura.
2. ¿Cómo instalar la cortina que acabo de comprar?
a) Medir: antes de nada, hay que conocer el espacio de la ventana. Para saber cómo poner unas cortinas, lo primero es ver qué tamaño ha de tener la barra –las hay también extensibles–. “Mide el ancho de la ventana y añade unos 20 cm por cada lado”, nos explica Núria López, jefa de producto de decoración de Leroy Merlin.
b) Conseguir la altura correcta de la barra de la cortina: “Lo mejor es dejar al menos 10 cm sobre el marco de la ventana”, matiza López. En el caso de que el cajón de la persiana esté a la vista, habrá que colocar la barra encima de este.
c) ¿Dónde va colgada la barra de la cortina?: en la pared de la ventana, en el techo o entre dos paredes. En el caso de que se coloque encima de la ventana habrás de asegurar que esta puede abrirse cómodamente.
d) ¿Qué necesito para colgar las cortinas?: un metro, un nivel de burbuja, un lápiz para marcar, un taladro, un martillo y un destornillador. Además de: los elementos de la barra, los terminales, los soportes, tornillos y los tacos.
e) Es hora de empezar la tarea: ayúdate de una regla larga y, con el nivel de burbuja, asegúrate de que colocas la cortina bien alineada. Después, con el lápiz, marca en la pared la parte inferior de la pletina del soporte. Coloca los soportes y, en los puntos de perforación, marca de nuevo con el lápiz.
f) Apuntala los soportes de la barra: para ello taladra sobre los puntos marcados y coloca los tacos. Usa un martillo para introducirlos hasta que queden a ras de la pared y a posteriori atornilla el soporte en los tacos.
g) Ajusta la barra: si no es extensible, córtala hasta conseguir la medida que deseas.
h) Coloca la barra y las anillas: “Reserva una anilla en cada extremo e introduce el resto en la barra. Coloca la barra en los soportes y fija los terminales”. Luego, ¡cuelga la cortina!.
i) El procedimiento es el mismo: tomar medidas, marcar, agujerear y atornillar. Pero en vez de en la pared, tendrás que hacerlo en el techo.
Tengo dos dudas más:
Y en el caso de cortinas dobles... ¿Cómo lo hago?
Tienes dos alternativas: puedes colocar la cortina y el visillo en una sola barra o en dos barras. En el segundo caso, asegúrate de coger soportes extensibles. Las que lucirán por “fuera” colgarán de una barra atornillada un poco más arriba que la otra. Lo importante es asegurarse de que la barra que queda por “dentro” permita abrir y cerrar la cortina sin problemas.
¿Cómo colgar cortinas sin hacer agujeros?:
Este tipo de soluciones solamente son válidas en cortinas o visillos de poco peso. Aunque es muy funcional, es la menos decorativa. Para los visillos están los cuelga fácil. Puedes ponerlos en el marco de la ventana, de manera que la cortina tape el cristal.
El enlace en el que nos hemos basado para la segunda parte es de la revista El Mueble.
Ha sido un placer escribir sobre un tema tan funcional como bonito.